La estrella, que representa el brillo de las virtudes personales y profesionales que han de adornar a todos cuantos integran la entidad, se nos presenta en plata (blanco), para señalar la integridad, la claridad y la elocuencia de los miembros de la fuerza.
La balanza, símbolo de la justicia en este caso recuerda el equilibrio requerido para llevar a cabo las tareas de protección urbana y rural que le compete de importancia capital para el estado Venezolano.
La lanza, compañero del bravo llanero en la gesta emancipadora, rememora la defensa de nuestra frontera a todo trance.
La flecha, arma temible del aborigen nativo, nos recuerda las tareas del resguardo de los recursos naturales renovables.
La lanza, compañero del bravo llanero en la gesta emancipadora, rememora la defensa de nuestra frontera a todo trance.
La flecha, arma temible del aborigen nativo, nos recuerda las tareas del resguardo de los recursos naturales renovables.
Los tres tributos de un haz sintetizan de este modo la elevada misión confiada a la institución y se esmaltan en oro para indicar la nobleza, la generosidad, la alegría y la constancia, requeridos para su cumplimiento, ejercitando la autoridad con el ejemplo para salvaguarda de la soberanía nacional.
La corona mural, simboliza la república, la victoria alcanzada merced de la superación de grandes obstáculos y el carácter castrense de la entidad, mientras que el gallardete en gules purpurado orlado en oro, contentivo de su denominación y divisa, exalta el origen, la identidad, el ideal y el destino de la guardia nacional de Venezuela como tributo a todos cuantos forman y han formado parte de sus filas, el tiempo de construir la más alta expresión de su permanente celo e innegable espíritu de servicio en aras del progreso y del engrandecimiento de la patria.
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